Viaja a Malasia con nosotros
Población: aproximadamente cuatro millones
Kuala Lumpur es la mayor ciudad en Malasia, capital de la federación, y capital legislativa de Malasia. Kuala Lumpur es uno de los tres territorios federales malayos y se encuentra físicamente enclavada dentro del estado de Selangor. La ciudad previamente albergaba el poder ejecutivo y judicial malayo, sin embargo, desde que se terminó la construcción de Putrajaya a finales de los años 1990, ambos poderes se mudaron a ésta última, la cual ha pasado a ser una nueva capital administrativa, aunque aun algunas secciones del poder judicial se mantienen en Kuala Lumpur. Dentro de Malasia, Kuala Lumpur es casi siempre abreviada como KL.
Las torres gemelas Petronas, en Kuala Lumpur, capital de Malasia, fueron los edificios más altos del mundo entre 1998 y 2003, superados en esa fecha por el edificio Taipei 101. Estas torres cuentan con una altura de 452 metros.
En su interior las torres se encuentran compuestas por oficinas. Fueron diseñadas por el arquitecto argentino César Pelli y terminadas en 1998. Con 88 pisos, de estructura mayoritariamente de hormigón y vidrio, evocan motivos tradicionales del arte islámico, haciendo honor a la herencia musulmana de Malasia. La estructuta básica se tomó de un proyecto no realizado para una torre en Chicago. Tiene con una superficie total de 350.000 m² y para subir a sus 88 pisos cuenta con 78 ascensores.
Sus oficinas albergan entre otros, las oficinas de la compañía petrolera Petronas y la sede en Malasia de la empresa Microsoft.
Es posible subir a ellas, pero los pases diarios son limitados y es necesario ir con antelación.
Al pie de la torre se encuentra el popular centro comercial Suria KLCC.
En Malacca, o Melaka, fue donde tuvieron lugar las primeras incursiones europeas en el territorio y, aunque ahora es una ciudad tranquila, su visita merece la pena, porque sus calles invitan al paseo durante el que se van descubriendo templos chinos que conviven junto a encantadoras tiendas de antigüedades dentro de barrios que aún conservan un tan nostálgico como atrayente sabor colonial.
La isla de Langkawi recibe al visitante con las mismas magníficas playas de las que tomó posesión hace más de 200 años el capitán británico Francis Light. Sus extensas playas de arena blanca y sus junglas vírgenes atraen un turismo exclusivo que busca tranquilidad y excelentes servicios.
A pesar de su cercanía con Kuching (1 hora) el Parque Nacional de Bako, situado en una península selvática al norte de la capital de Sarawak, es un lugar increíble por la belleza de su paisaje y la gran diversidad de fauna y flora. Hay varios caminos (trails) para recorrer este espacio protegido y poder observar a los raros ‘monos narigudos', una especie de simio en peligro de extinción con un protuberante hocico. Cerca de los bungalows donde podéis pasar la noche (sencillos pero limpios) suelen pasear familias de pacíficos jabalís peludos. En la parte más alta del parque crecen varias especies endémicas de plantas carnívoras.
Como llegar y como moverse
Para visitar el parque tendréis que comprar los tickets en la oficina de turismo de Kuching. En el pueblo de Bako cogeréis una piragua a motor para llegar hasta las playas de manglares del parque. A pocos metros de la playa encontraréis las oficinas del parque, así como un museo sobre la fauna y la flora local, y los proyectos que se desarrollan en esta área protegida. Los bungalows están emplazados junto a las oficinas y al restaurante del parque.
A una hora al norte de Kuching encontraréis una bella zona de playas cerca del pueblo turístico de Santubong. A unos 2 kilómetros de esta población hay un interesante museo al aire libre conocido como Sarawak Cultural Village, donde se erigen todas las construcciones tradicionales de las etnias que pueblan este estado malayo. Dentro de cada construcción mujeres y hombres de las distintas etnias fabrican artesanía como tejidos, cerámica, tallas de madera, cestos, cerbatanas etc. A pesar del aire turístico del recinto vale la pena darse una vuelta por el SCV ya que permite visitar unas construcciones vernáculas de gran belleza y hablar con los aborígenes que os contarán anécdotas sobre su cultura tradicional.
El Parque Nacional Monte Kinabalu está a 83 km al oeste de Kota Kinabalu y tiene un área de 754 km2, que incluye el Monte Kinabalu de 4.095 m de altitud. Fue nombrado Patrimonio Natural de la UNESCO en 2000 por tener una variedad muy amplia de hábitats, desde tierras bajas, bosque lluvioso, bosque de montaña y bosque tropical, hasta cuevas y fuentes termales, y su diversidad de flora y fauna es extraordinaria, ya que cubre un espectro que abarca el Himalaya, China, Australia y Malasia.
La altitud, la topografía, la geología y la variedad climática ha creado especies endémicas, y su flora alcanza la mitad de las especies totales descubiertas, además de ser hábitat de la mayoría de especies de mamíferos, pájaros, anfibios e invertebrados de Borneo.
El nombre Kinabalu viene de la expresión Aki Nabalu, que en malayo significa "el lugar sagrado donde moran los muertos", y no me extraña que sea sagrado porque su aspecto acongoja, una enorme masa granítica que asoma por encima de los bosques tropicales.
Antes de acometer la subida al Monte Kinabalu, del que todo el mundo que regresaba me decía: "duro, muy duro, pero vale la pena". Y valió, aunque escribo estas líneas con los únicos músculos que no me duelen, los de las manos, porque los demás, después de subir y bajar 2.300 metros en 26 horas, piden descanso.
El gobierno de Sabah ha establecido un santuario para simios huérfanos en el límite de la Reserva Forestal de Sepilok. Fundado en 1964, su función es la reinserción de estos animales en la naturaleza. Anualmente reciben entre 20 y 35 jóvenes orangutanes, que permanecen en cuarentena durante seis meses y, tras recibir el certificado de salud, se les da el alta y son conducidos a un área especial donde practican sus habilidades en el ejercicio de trepar. Los jóvenes simios necesitan ser animados constantemente ya que en la naturaleza aprenden de sus madres, pero ahora es responsabilidad del centro enseñarles a sobrevivir. Cuando han adquirido confianza son trasladados a una zona llamada Estación A, un lugar a medio camino entre el mundo del hombre y la naturaleza donde se readaptan a la vida en la selva.
Concienciar al pueblo de Borneo sobre la situación de los orangutanes es una de las prioridades del centro, que permite visitas diarias a las horas en que son alimentados los simios. Su menú (leche y plátanos) es una comida monótona para animar a los orangutanes a procurársela por sí mismos. Cuando muestren su independencia serán llevados a la Estación B, la etapa final de su reinserción en la naturaleza.
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